Donar sangre dibuja sonrisas
Patricia Mota
“Cuando dono sangre me imagino la escena de la transfusión y cómo se le dibuja una sonrisa en la cara a la persona que recibe mi sangre, porque eso era lo que nos pasaba a nosotros con Dani”, explica Juan Antonio visiblemente emocionado.
Este mallorquín de 48 años natural del Coll d’en Rabassa se hizo donante de sangre en el año 91 gracias a que un amigo le convenció para que lo acompañara a donar. No obstante, después de donar sangre unas cinco veces, dejó aparcadas las donaciones temporalmente para dedicarse al club d’esplai del que fue monitor y después director durante 10 años.
Sin embargo, todo cambió hace cinco años. Un día en el que había pasado una tarde estupenda con su sobrino pequeño y otra familiar su vida dio un vuelco de 360 grados. Dani, su sobrino de 11 años y ahijado, fue diagnosticado de leucemia.
Los días en el hospital se acabaron convirtiendo en semanas y poco a poco fue conociendo el caso de muchas otras familias que estaban pasando por la misma situación.
Fue en ese periodo de su vida en el que Juan Antonio entendió realmente la importancia de la donación de sangre. Después de la quimioterapia Dani podía recibir el mismo día transfusiones de tres bolsas de plasma y plaquetas.
“Si solo mi sobrino necesitaba esa cantidad, no quiero ni pensar en toda la que necesitarán las demás personas”, señala compungido.
En esa época sus dos hermanas y él se convirtieron en donantes de sangre y dos de ellos en donantes de médula.
“Vivo con la esperanza de que me llamen para decirme que soy compatible con alguien para donarle mi médula”, afirma ilusionado.
Desde que Juan Antonio ha vuelto a donar sangre, ha intentado concienciar a sus conocidos y amigos sobre la necesidad de donar y se ha dedicado a compartir los mensajes del Banco de Sangre por todas sus redes sociales.
Su tipo sanguíneo es AB+, un grupo muy bueno para donar plasma, por lo que hace unos años el personal del Banco de Sangre le animó a probar la donación por este método. Desde entonces siempre que acude a donar lo hace por el procedimiento de plasmaféresis y plaquetoféresis.
Las donaciones por aféresis son las donaciones de uno o varios componentes sanguíneos (glóbulos rojos, plasma y plaquetas) por separado. Durante el procedimiento, que dura entre 45 y 60 minutos, la sangre se separa por centrifugación en distintos componentes según su densidad. El componente elegido se recoge progresivamente en una bolsa y las células restantes se devuelven al donante.
Por el momento Juan Antonio ya ha realizado 49 donaciones de sangre y piensa seguir donando hasta que los años se lo permitan. “Mi sobrino nos ha dado lecciones de vida muy importantes, todo lo demás son nimiedades”, asegura pensativo.
El día de su 17 cumpleaños Dani murió. Para la familia de Juan Antonio y el personal del hospital fue un golpe muy duro, pero todos se sintieron orgullosos de lo valiente que había sido durante todos los años de su enfermedad.
“La cantidad de niños y niñas que había ingresados en la planta de oncología infantil del hospital me hizo darme cuenta de lo necesario que era donar sangre”, explica.
En la actualidad Juan Antonio está muy implicado en la donación de sangre, sus hijas le acompañan a donar y una de ellas ya se ha hecho donante.
“Cuando dono sangre siento un cúmulo de sensaciones. Al principio pensaba mucho en mi sobrino, tenía su imagen enchufado a la bolsa de plasma en la cabeza. Ahora cuando veo que se llevan la bolsa con mi donación pienso en quién recibirá la transfusión: un hombre, una mujer, un niño… Realmente siento satisfacción”, detalla con una sonrisa.