Gracias de todo corazón
Patricia Mota
Cuando tenía 28 años, la vida de Eva Serra cambió drásticamente. Le diagnosticaron la enfermedad de Crohn, un proceso inflamatorio crónico que puede afectar a cualquier parte del intestino produciendo cólicos, dolor abdominal, diarrea, fiebre, pérdida de peso e hinchazón, entre otros síntomas.
Al ingresarla en Son Dureta, Eva presentaba una desnutrición severa, había sufrido hemorragias y tan solo pesaba 40 kg.
En ese momento, el equipo médico tomó la decisión de transfundirle dos bolsas de sangre debido a su frágil estado de salud. Durante todo el proceso no pudo parar de preguntarse a quién pertenecería la sangre que estaba recibiendo, si el procedimiento sería seguro y cientos de incógnitas más. En el momento en el que sintió fluir la sangre hacia su interior, se emocionó y rompió a llorar. Entonces notó cómo sus mejillas volvían a recuperar su color rojizo mientras se apoderaba de ella una sensación de vitalidad.
Ocho años después de esta experiencia, Eva aún se emociona al recordarla y explica que a raíz de esa situación se volvió más agradecida y empezó a valorar más el trabajo del personal sanitario, ya que en su opinión está formado por personas empáticas que llevan a cabo un trabajo excelente.
Además, desde ese momento se encarga de agradecer siempre que puede la labor de los donantes de sangre. “Su sangre y su tiempo salva vidas. La sangre llega a las personas que realmente la necesitan, como por ejemplo todos los peques de oncología que necesitan muchas transfusiones”, explica con ojos vidriosos.
Aunque su enfermedad es crónica, Eva ha logrado curarse de la desnutrición y la anemia y actualmente goza de una buena calidad de vida.
Por este motivo, ha querido hacer llegar a los donantes de sangre el siguiente mensaje:
“¡¡¡MIL GRACIAS, UNA Y MIL VECES!!! Siempre que puedo escribo un comentario dando las gracias a los donantes por sus donaciones y por su altruismo. Muchas gracias por dejarme contar mi historia.
Gracias al Banco de Sangre y Tejidos por vuestro trabajo, esfuerzo y sensibilidad. Sentí mucha calidez y ternura en un momento en el que necesitaba mimos. Gracias de todo corazón.”
